Dame lo más tierno que tengas.
Mi hermanita, cuando era chiquita y había una canción de una película infantil que decía «♭ confío en ti», ella se pensaba que decía «Con Fio», o sea conmigo.
Mis ideas, mis procesos y mis dilemas digitales
Se me ocurren muchas ideas sobre las cuales escribir, a la vez no sé si tengo ganas de abarcarlas todas. Algunas requieren mucho trabajo e investigación que no estoy dispuesta a hacer, al menos no en este momento. Aunque más adelante tengo ganas de planear alguna guía o algo más informativo y educativo para este blog. Dejame en comentarios sobre qué te gustaría que haga una guía y/o un tutorial.
Por ahora, lo estoy usando como un diario abierto, acostumbrándome al formato y adquiriendo el bello hábito de escribir.
También, estoy aprendiendo muchísimo sobre blogs, webs y otras plataformas de blogging. Profesionalizando la cosa. Y sigo estudiando sobre copy, SEO y estrategia digital. Aunque es todo un lío. Parece inabarcable y a la vez parece que todos te venden lo mismo con diferente nombre. Eso cansa bastante. Con respecto a las guías y blogs, claramente yo pensaba en entrar en este nicho del que les comento del blogging y creación de páginas HTML, integración con redes sociales, etc. Es una posibilidad.
La paradoja de lo digital: del hábito al dilema filosófico
Quiero meter algo filosófico y hasta político ahora; me pasa, muy seguido —más de lo que quisiera— que intento hacer algo nuevo, como por ejemplo un hábito nuevo. Quiero empezar a publicar todos los días un video en TikTok para agarrar el hábito de publicar y crear contenido. La primera semana todo bien. Pero acá viene mi dilema moral y creo que me pasa en muchas áreas de mi vida. Donde me invade la duda existencial, o la cuestión filosófica de esta manera: algo me recuerda que TikTok es un trabajo gratis donde quizás nunca te llegues a pegar, donde no importa si subís mucho o poco o de buena o mala calidad tu contenido, total hay millones de competidores más; donde no importa quién sos porque te pasan para arriba con el dedo. Ayer vi un video sobre Jardines Digitales que les dejo el link abajo. Que, creo, me hizo pensar en todo esto.
Los jardines digitales, cuenta la creadora en el video, que son espacios atemporales (podría ser como espacios liminales de internet). Cosas que juegan en contra de la corriente de la vorágine de internet de redes sociales tan salvaje. Y cuando vi ese video me di cuenta de que yo estoy haciendo justamente esto con mi espacio acá y en Neocities, y en toda esta matriz de blogs que en el fondo es uno solo y podés recorrer cada rincón. Apartándome del caudal de contenido efímero, poco importante (para mí), que te atrapa y te lleva puesto. Les recomiendo ver el video de Jardines Digitales, es buenísimo y explica muy bien este concepto.
Otro de los conceptos que estoy aplicando en este blog sin darme cuenta es algo que vi también hace unos días, un video que parecía diferente, les dejo el link abajo igualmente porque no me acuerdo el nombre. Pero el video trataba del concepto de hacer jazz, o sea improvisar con lo que sea, él lo hacía con el video y más específicamente con la edición. Me encantó también otra obra para ver. Y yo lo aplico acá con la escritura fresca de cada mañana. No sé hasta cuándo dure esto, pero me está gustando y siento cómo voy mejorando mi redacción; y la estructuración de las ideas, sobre todo, que es lo que más me cuesta.
La holgazanería, la cultura digital y mi búsqueda de autenticidad
Con respecto a mi dilema moral, me empiezan a caber esas dudas y yo, como buena cuestionadora de la realidad, me atraviesan esas preguntas, condicionan mi voluntad. Me hacen querer dejar el hábito porque parece no tener sentido. «Soy descendiente de Aristóteles y Platón», eso pensaba mientras reflexionaba sobre todo esto, «Todos somos parientes en la humanidad». «Porque estoy acá reflexionando y filosofando en vez de trabajar y acatar como hacen todos los demás, entiendo por qué la gente odia la holgazanería y lo ve como un cáncer en la sociedad» (+ temas para hablar).
Y en fin, esa es la cuestión que me pasa siempre que quiero sostener algo en el tiempo: empiezo a dudar de su sentido más profundo y filosófico, y es lo que me bloquea a actuar en diferentes formas. Con lo de TikTok, por ejemplo, lo que hago es que me empiezo a decir: «pero está bien tener presencia en redes, hay muchos profesionales que lo hacen» y «hasta les va bien». Pero es como si una creencia en mí, es más profunda de que en realidad es todo un circo, donde solo triunfan ciertas personas, con ciertas características, por ejemplo: rubia, con plata, con iPhone, etc. Por decir algo. Y no creo que estas sean inseguridades propias, no, no. Sino que puedo percibirlas como parte de un entramado casi invisible pero estructural en la cultura digital. Una perspicacia mía nada más.
En todo esto, algo que me mantiene entretenida y comprometida todavía es este espacio liminal donde puedo ser más directa y compartirte y compartirme como soy en realidad. Sin necesidad de estar buscando encajar en un algoritmo o en una cantidad de likes. Espero que mis cuestionamientos morales puedan seguir saliendo a través de esta vorágine de palabras que me suele atacar y no que me inviten a participar de otra red más aislada, más remota, más analógica o de papel directamente. O de ninguna, ¿quién sabe?
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Anexos
«Los **espacios liminales** son umbrales o lugares de transición, un «entre» donde las fronteras y certezas habituales se difuminan, generando una sensación de suspenso e incertidumbre pero también de potencial y transformación. Son momentos o lugares de espera, justo antes de un cambio.»
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